¡AY! ¡SI DON BLAS LEVANTARA LA CABEZA!

¡AY! ¡SI DON BLAS LEVANTARA LA CABEZA!.

 

 «Antes de que lo hagan los REGRESIVOS, como decisión adelantada para evitar que otros enarbolen la bandera regionalista, hagámoslo nosotros, aunque no nos agrade el nombre, porque sólo de este modo, podremos impedir que los intereses a los que atacamos se apoderen de ésta bandera para apoyar un nacionalismo o regionalismo al uso».

(ADQ 2) (AAX12). (Del libro de D. Enrique Iniesta, Blas infante toda su verdad volumen I, página.167.)”

Y no se equivocó. Que visión la de D. Blas, que diría si levantara la cabeza y viera que 41 años después (20 Octubre 1981) que las andaluzas y andaluces, aprobáramos mayoritariamente en referéndum democrático, el primer estatuto autonómico, por el que él entregó y dio su vida, que los regresivos gobiernan ENARBOLANDO SU BANDERA y con mayoría absoluta la JUNTA AUTONOMICA, institución por él anhelada eternamente?, cuestión ésta que jamás logró el ANDALUCISMO político ELECTORERO en los cuarenta años de existencia.

Su prematura aparición al ruedo político ELECTORERO, sin la existencia de un ANDALUCISMO SOCIOLÓGICO de base en las arterias sociales andaluzas, su indolencia pedagógica socio política , sus ambigüedades ideológicas, su inoperancia cultural , su asocialidad , incoherencias y «taifismos» personalistas , como su conformismo autonomista ,que una vez habiendo servido de instrumento impulsor del mismo y sin proyecto continuador aspirante a una PLENA SOBERANIA, lo llevaron a su desaparición en 2016, siendo responsable de la orfandad y desnorte de cientos de miles de andaluces y andaluzas que confiaron en dicho proyecto y que aún hoy en día no saben a quienes votar cuando llega el momento, para que ANDALUCIA consiga el máximo PODER POLITICO que le permita un definitivo AUTOGOBIERNO SOBERANO, dando lugar desgraciadamente a que se cumpliera el hecho que D.Blas presintió.

Jerez Diciembre 2022

(Al-isuladna)

El rol del «Comercial Fantasma». Artículo de Julio Jiménez Cordobés. Agosto 2022. Tema, «ventas».

Cuando comencé mis estudios en la facultad de ciencias de la Educación de Sevilla la ilusión era consagrar mi vida profesional al ejercicio de la formación escolar y universitaria. Jamás pensé que dedicaría más de 33 años al mundo de la venta farmacéutica.

¡Sí! comercial farmacéutico, representante médico, ¡vendedor! En esos inicios no existían los términos “Key Territory Manager (KTM), Key Account Manager (KAM), Product Managers, Community Managers etc… Sólo se hablaba de los conceptos de vendedor y de sus Jefes.

 Fue poco a poco, con el paso de los años, cuando fueron apareciendo esos términos en las grandes multinacionales.

Todo evoluciona, también lo hicieron las herramientas para organizar el trabajo, facilitar análisis, etc. Surgieron los ordenadores portátiles, los teléfonos móviles inteligentes, los programas específicos de ventas, el famoso CRM, Customer Relationship Management (Gestión de relaciones con el cliente, que nos permite clasificar, registrar, segmentar, realizar seguimiento de nuestro trabajo y comprobar el grado de satisfacción, llevar a cabo una evaluación de nuestra labor).

Lo que no ha desaparecido, ni siquiera evolucionado, es el concepto del “Comercial Fantasma” y del “Jefe Fantasma”, permítanme que utilice el argot que solemos emplear dentro de este gremio. Si lo desean más formal: Comercial egocéntrico, falso comercial, jefe egocéntrico, falso jefe.

El daño que producen estas dos figuras que se dan con demasiada frecuencia en las grandes empresas, puede llegar a ser irreparable. No entiendo cómo las compañías no han creado mecanismos para protegerse de estos roles. Que bien vendría un departamento de “asuntos internos” dedicado a velar por la salud del tejido interior empresarial.

El fantasma comercial es uno de los mayores peligros en el mundo de las ventas y de la dirección de equipos. Suelen ser personas con una admiración desmedida hacia sí mismos, en la mayoría de las veces hay que añadir la incapacidad para desempeñar su trabajo. Personajes con problemas en la gestión de sus emociones, con sensación de inferioridad, presumidos, déspotas, narcisistas que se creen superiores al resto. Se sienten víctimas, no arriesgan por temor al fracaso, rechazan el cambio como proceso de evolución, les gusta presumir, alardear de sus falsos éxitos, presentan actitudes teatrales en su obsesión por llamar la atención de los demás. Su servilismo es sinónimo de peloteo continuo a sus superiores. Son especialistas en recorrer las cloacas de las empresas. Me atrevería a decir que venden su dignidad comercial por mantener sus privilegios. La honestidad comercial es un regalo muy caro, no la esperes del fantasma empresarial.

Si estas empezando en este sector de ventas, ¡no te asustes! Es un mundo apasionante, tendrás que darlo todo, pero a su vez recibirás mucho. Se llega a amar tanto que cuando te ves a las puertas de la jubilación te resistes a dejar lo que durante años ha sido una motivación continua de crecimiento.

Algunos síntomas del rol del fantasma comercial:

  • Suele ser una persona que habla mucho, pero hace poco.
  • Su complacencia con los jefes se convierte en servilismo. Los persigue, se sienta con ellos en todas las comidas, etc.
  • Siempre llama la atención, presume de conocer a todos los clientes, alardea de trabajar más que nadie. Suele hacer de la mentira uno de sus principales argumentos.
  • En el campo del trabajo administrativo siempre cumple con todos los objetivos propuestos, por ejemplo, clientes visitados. Mientras el equipo no alcanza el 100% de la cobertura, él o ella presume, el jefe lo pone como ejemplo en todas las reuniones, (en este trabajo todos sabemos que es imposible conseguir el 100% de cobertura de visitas diarias y mensuales).
  • Comercial con grandes carencias formativas que son sustituidas por una adulación exagerada a los gerentes de zona y directores generales.
  • Presume de sus datos de ventas. Si son buenos es resultado de su eficacia y buena profesionalidad, si son negativos, es como consecuencia del mal hacer de su compañero que comparte zona de influencia. En gran cantidad de casos, detrás de resultados buenos siempre hay alguna actividad poco honrosa guardada celosamente.
  • Muy individualista incapaz de trabajar en equipo.
  • Suele ser la persona adecuada que el director fantasma intenta colar en el comité de empresa de una compañía  tóxica.

Algunos síntomas del rol del director comercial fantasma:

  • Contrata a amigos, familiares, fantasmas comerciales, personas que le rindan pleitesía y que sean más incompetentes que él mismo.
  • Su incapacidad se manifiesta en un desastre de organización y nulo manejo de los recursos comerciales, ejemplo las herramientas TIC.
  • Exceso de autoestima con sentimientos de grandeza.
  • Incapacidad para aceptar la crítica. Nadie debe cuestionar su autoridad.
  • Incapaz de aceptar el éxito ajeno, no suele pedir ayuda a otras personas.
  • Disfruta cuando se le halaga, acapara la atención.
  • Maquiavélico. Utiliza a las personas en beneficio propio.
  • Exige admiración incondicional a sus fieles, controla sus ideas, acciones y comportamientos, utilizando el chantaje emocional.
  • Siempre recompensa a sus seguidores y aduladores.

Estos roles suelen aparecer en todas las unidades de negocios. Cuando son esporádicos hay que saberlos localizar actuando para que no te puedan afectar. El problema es cuando se convierten en un mal endémico, cuando el director comercial lidera el fantasmeo, contratando a gerentes de ventas y comerciales fantasmas, la mayoría con afinidades familiares, o amigos, mucho más incapacitados que él. Convertir una empresa en un “Cortijo”, es una forma de asegurar sus puestos, los sillones del poder económico.

Con el tiempo, contemplaremos cómo la gente valiosa se marcha. A esta estampida le seguirá el personal que pensó que podía cambiar las cosas, quedándose los colaboradores nocivos, asistiremos al funeral de la empresa, al nacimiento de una “empresa tóxica”.

En este caso, hay que tener una respuesta inteligente, seguir trabajando, intentando que la epidemia te afecte lo menos posible hasta que encuentres un nuevo proyecto donde tu dignidad profesional no se vea afectada.

Julio Jiménez Cordobés.

Representante médico en proceso de Jubilación.

2 agosto 2022

Los pueblos por si pero no para sí, sino para la solidaridad. (Blas Infante. Dictadura pedagógica)

LOS PUEBLOS POR SI PERO NO PARA SI, SINO PARA LA SOLIDARIDAD.

Texto extraído por José Montaño.

  “El fin natural de la existencia de un pueblo, es como el de la existencia de un individuo, el de engrandecerse por sí, pero no para sí, sino para la SOLIDARIDAD entre los hombres, ES DECIR: PARA LOS DEMAS PUEBLOS DE LA TIERRA.

A este concepto último, están ordenadas las existencias de los individuos y las de los pueblos. Engrandecerse para otorgar o donar graciosamente, ( por el divino goce de dar) su grandeza espiritual o recursos materiales a los demás pueblos e individuos, a fin de engrandecerlos a todos para la obra común que precisa del concurso de todos, también; hasta de los inútiles, pobres de espíritu y degenerados; porque sin la existencia de éstos, no podrían los ricos de alma ejercitarse en una disciplina necesaria para el común perfeccionamiento: o sea para la realización de la divinidad en la humanidad; y, por tanto, para la efectividad del objetivo humano; Esta disciplina es la PIEDAD. Engrandecerse por sí, por el propio esfuerzo, y por el propio dolor, para dar la grandeza adquirida por sí, graciosamente a los demás movido por el amor a la humana creación.

 Este comunismo que falta por crear, de los individuos, es alma que se necesita también crear en la solidaridad de los pueblos que vendrán a formar la Sociedad comunista universal de lo Porvenir.

 La creación del alma comunista, sino viene a ser afirmada en las patrias, o personalidad común de los individuos que constituyen los pueblos, jamás podrá llegar a existir en los individuos, porque existirían siempre grupo humanos, y sin la creación en ellos de ese alma, jamás podrá entre ellos llegar a ser efectiva la Hermandad, absolutamente necesaria entre los pueblos, para que pueda darse entre los individuos que a esos pueblos viniesen a integrar.

Estas ideas no son nuevas. Conscientemente aplicadas fueron en Andalucía, hace unos ocho años, al constituirse la organización *nacionalista andaluza*: Los definidores del ideal de la existencia de este pueblo, lo encontraron así formulado en Naturaleza, y confirmado con ejemplos elocuentísimos de su interesante y desconocida historia

<<ANDALUCÍA POR SI; PERO NO PARA SI, SINO PARA LA HUMANIDAD>> (Texto extraído literalmente del Libro de D, Blas Infante la Dictadura Pedagógica en sus páginas 230 y 231, Editado en 1922- Edición Fundación Blas Infante 1989)

“Los Tiempos Nuevos, destruyeron las chozas sin edificar el palacio, y los hombres se encuentran a la intemperie” Blas Infante

¡ NO A LA GUERRA ¡

Pepe Montaño

Claves para entender la economía andaluza (y II). Manuel Delgado Cabeza. Catedrático de Economía.

Gentileza: El portal de Andalucía: https://portaldeandalucia.org/

En el artículo anterior se trató de cuatro cuestiones a tener en cuenta para entender qué le pasa y cómo funciona la economía andaluza. Se partía de que 1) la economía es un producto social, para abundar en la importancia de contestar a la pregunta 2) ¿desde dónde se gobierna lo económico?, en el camino para entender que 3) no somos una economía atrasada, sino 4) una economía subalterna.  Percibir este carácter subalterno –“que ocupa una posición inferior”- propio de las economías del Sur, resulta esencial para entender la realidad socioeconómica y cultural de Andalucía. Pero desde esas gafas que la élite dominante del Norte ha construido, imponiendo una representación de la realidad que legitima su supremacía, esta subalternidad permanece invisibilizada. El velo de lo monetario y el uso de lo que José Manuel Naredo viene llamando términos fetiche, idolatrías o metáforas como las de la producción o el mercado, ocultan formas de dominación entre las que se encuentra la apropiación de riqueza desde el Norte sobre las realidades del Sur; por eso, otra de las claves para entender la economía andaluza es desvelar, que, como sentenciaba un personaje de El Roto:

  1. “La economía es una rama del ilusionismo”. ¿Cómo se encubre, desde la economía convencional, la explotación de los pueblos y países del Sur como Andalucía? Un caso concreto nos puede servir como ilustración: el de los intercambios asociados a la plataforma agroexportadora de hortalizas de Almería, un enclave agrícola intensivo en el uso de trabajo, materiales y energía; uno de los espacios que en mayor medida define la dedicación primaria de la economía andaluza.

Un estudio realizado en la zona representando el proceso económico no sólo en términos monetarios como hace la economía convencional, sino incorporando en él las entradas y salidas de materiales y energía nos desvela que el modelo almeriense apoya su funcionamiento en el uso y la degradación del patrimonio natural local; en una intensa extracción y trasiego de materiales movilizados, con fuertes repercusiones territoriales y ecológicas y que en su gran mayoría (más del 99%, agua, tierra, arena y estiércol) proceden del entorno más próximo. Con una dependencia que hace al modelo extremadamente vulnerable: la extracción de agua acumulada en los acuíferos por encima de las aportaciones anuales del “recurso” al sistema hidrológico de la zona, estimándose el déficit anual en más de un tercio del agua consumida; un camino que va agravando con el tiempo el problema de su escasez. La cantidad anual de agua consumida por este modelo extractivo localizado en la zona más árida de Europa equivale aproximadamente al consumo de una población de cinco millones de habitantes.

Pero esta apropiación intensiva de recursos locales no se advierte si, como hace la economía convencional, centramos la atención en los flujos monetarios, porque la estructura de costes, en términos de dinero, nos lleva a concluir que los ingredientes más importantes, con mucha diferencia, son las semillas, los fertilizantes, los plásticos, etc, que suponen cerca del 90% del valor monetario de las compras. Los recursos locales quedan así muy empequeñecidos en la representación monetaria del modelo, en consonancia con su escaso valor dinerario. Escasez de valor a la que se ha llegado a partir de criterios de valoración construidos por la economía convencional que contabilizan, por ejemplo, el agua según su coste de extracción y no por su coste de reposición: lo que costaría reponer la situación hídrica al estado anterior a la extracción.

De modo que lo que aparece, lo visible, lo que tiene valor (monetario) es el paquete tecnológico utilizado en el proceso, cuyo diseño y elaboración está en manos de grandes corporaciones ajenas y muy lejanas a Andalucía, invisibilizándose así los costes ecológicos del extractivismo. Hay todavía otros costes, los sociales, también invisibilizados y que se originan a partir de los precios crecientes pagados por el agricultor por el paquete tecnològico, y de los precios percibidos por los productos que vende que son cada vez más bajos. Los dos lados de esta pinza tienen mucho que ver con el poder de las grandes corporaciones de los agronegocios. En el caso de la agricultura almeriense en 2020 el precio medio percibido por los agricultores de Almería por un kilo de hortalizas es, según estimaciones de Cajamar, en 2018, (en términos constantes, como dicen los economistas -descontado el efecto de la inflación-) un 70% del que percibían 43 años antes, en 1975. Esta presión la resuelve el agricultor de la única manera que le queda en sus manos: aumentando el número de kilos producidos por hectárea para compensar la bajada de márgenes por cada unidad producida, y eso significa intensificar la explotación de los “recursos” locales, y desplazando esa presión hacia los costes de la mano de obra, que experimenta así una sobreexplotación como consecuencia de las condiciones en las que se desenvuelve el extractivismo en este enclave agroexportador de Almería.

De manera que, mientras más bajos sean los precios en origen que se le pagan a los agricultores almeriense y más les cuesta la tecnología que usan, más capacidad tienen las grandes corporaciones localizadas en el Norte de apropiarse desde lo global de espacio (patrimonio natural) y tiempo (de trabajo) locales. Un intercambio desigual que se presenta desde la economía convencional como resultado del “libre juego” del mercado, término que se utiliza aquí como fetiche para encubrir las relaciones de poder que hay detrás de una apropiación de riqueza que va a alimentar las necesidades de los procesos de crecimiento y acumulación de capital y de poder de los amos del agronegocio, localizados básicamente en los centros económicos de la Unión Europea.

Estos imperios alimentarios necesitan para su expansión conseguir garantizar a los inversores la máxima remuneración, o, lo que es lo mismo, el mayor aumento en el futuro del valor de sus acciones y títulos en los mercados bursátiles, que es el principal aliciente para invertir. Esa garantía de que las acciones van a subir de precio se apoya en las expectativas de ganancias de la empresa. Ahí se juegan estos gigantes la continuidad de su financiación y con ello su supervivencia. Desde estas reglas del juego, la apropiación de la máxima cantidad de valor en el primer eslabón de la cadena resulta esencial. Maximizar la apropiación de riqueza asociada al extractivismo no es una opción para estas grandes corporaciones; es una cuestión perentoria, en la que les va su propia existencia. Su posición privilegiada de poder les facilita conseguir el objetivo.

Todas estas consideraciones, que se suman a las que se hacían en el primer artículo, nos llevan a una pregunta que sería clave para entender hacia dónde mirar en el futuro.

  1. ¿Hay remedio dentro del capitalismo?

A escala mundial parece cada vez más evidente que reproducir lo que nos ha traído hasta aquí sólo puede agravar los problemas que padecemos; abundar en la lógica del lucro y la acumulación, la misma que nos ha puesto al borde del abismo social y ecológico no parece que sea la receta. Especialmente en una etapa del capitalismo que no es reversible y en la que no hay resquicio para concesiones; al contrario, la reproducción del sistema tiene lugar, cada vez en mayor medida, a costa de empeorar las condiciones en las que la vida se desenvuelve, ecológica y socialmente. Ahondar en esta manera de concebir y de funcionar lo económico y en la forma de entender la vida y de vivir de la que esta economía forma parte lleva a intensificar el conflicto entre el capital y la vida, con sus cuatro fuentes de tensión: el trabajo asalariado, la esfera de los cuidados, la explotación de la naturaleza y la de los pueblos y los países del Sur como Andalucía dedicados a su exportación.

Este recrudecimiento en las formas de explotación se hace ostensible en el caso del extractivismo. Esa cara oculta o encubierta de apropiación de riqueza asociada al sometimiento de pueblos y países del Sur como Andalucía que viene siendo una característica consustancial a la modernidad y el capitalismo. Las necesidades de productos primarios, de materias primas, no han dejado de crecer desde los inicios del sistema y lo han hecho de forma exponencial en las últimas décadas, cuadruplicándose desde 1970, en una continua “rematerialización” de la economía que corre pareja al empeño por convertir -en el discurso- en sostenible lo que cada vez está más lejos de serlo.  Desde el inicio del siglo XXI el uso de materiales y energía se ha duplicado, en una escalada del extractivismo asociada a los requerimientos de nuevas tecnologías y nuevos materiales relacionados con nuevas fronteras para la acumulación, entre las que sobresalen la “transición hacia energías renovables” y la digitalización como vías de salida ante las dificultades de reproducción con las que tropieza el capitalismo. Y ahí vuelven a estar, de nuevo, los pueblos subalternos como Andalucía como zona de sacrificio para esta nueva etapa de la acumulación, que intensificará el colonialismo en su versión más cruda, como ya se viene percibiendo con el repunte de la minería, consagrada en 2014 como “pilar estratégico” de un “nuevo modelo productivo” con el consenso de todas las fuerzas políticas, lideradas por el PSOE e Izquierda Unida, socios que gobernaban en coalición la Junta de Andalucía.

Gobiernos centrales, autonómicos y municipales, y sindicatos “mayoritarios” apoyan en Andalucía con entusiasmo esta nueva ofensiva extractivista alineándose con los intereses de las grandes corporaciones mineras a las que se conceden generosas subvenciones y ayudas públicas, y siendo cómplices, por acción u omisión, de conductas que han ocasionado graves daños y altos riesgos ecológicos y sociales. Con la coartada de la creación de riqueza y empleo en la comarca donde se localizan, obviando que la tecnología empleada en las nuevas formas de extractivismo minero, a la vez que hacen más agresiva la extracción aumentando la intensidad y la escala de la agresión, convierten a la minería en una actividad poco demandante de empleo que dura sólo mientras se mantiene la explotación. Nuestra experiencia como pueblo cuyo subsuelo ha venido siendo utilizado históricamente para extraer minerales y riqueza con la que se ha alimentado la prosperidad del Norte nos dice que estas actividades que empiezan siendo acogidas como tabla de salvación a la que agarrarse con la idea de salir de la pobreza terminan, cuando se acaba la explotación, con un panorama desolador de destrucción y de ruina en el entorno social donde se localizan, dejando enormes pasivos ambientales y sociales que perduran en el tiempo y ahondado la situación de pobreza secular de la que se partía. Mientras tanto, la dedicación extractivista con frecuencia convierte a la compañía minera en dueña de la vida de la comarca y de sus habitantes, impidiendo que puedan prosperar otras maneras de entender la economía más justas, solidarias y sostenibles. Un ejemplo más de cómo desde el sistema político y las instituciones se viene alimentando el papel subalterno que juega la economía andaluza y ahondando nuestra dependencia económica, nuestra subalternidad política y nuestra servidumbre cultural.

Ante la situación que se ha mostrado hasta aquí sería demasiado ingenuo seguir confiando en que las soluciones, los cambios necesarios, vayan a venir desde arriba; entre otras cosas porque nunca las transformaciones de la envergadura de las que ahora se necesitan vinieron de lo instituido, que, por esencia, tiende a reproducir los privilegios y el orden establecido. No se puede contar con quienes desde la política mantienen este orden en beneficio de una élite que concentra cada vez más riqueza y más poder sin reparar en daños. Para que la transformación desde abajo sea posible es prioritario considerar la última de las claves:

  1. La importancia de la conciencia colectiva.

Al qué hacemos habría que anteponer responder colectivamente a ¿cómo hemos llegado hasta aquí?, y eso requiere una conciencia social generalizada. Sin ella no estaremos en condiciones de resolver a nuestro favor la encrucijada en la que nos encontramos y que nos plantea hoy dos alternativas: una, la que se nos propone desde arriba y que consiste en reclamar la recuperación de una economía construida para sostener la acumulación de capital. Para Andalucía eso significa reclamar seguir siendo los camareros de Europa, o mantener una plataforma agroexportadora que trabaja para un amo que se llama Carrefour, Alcampo o Mercadona. La otra vía sería procurar que prosperen experiencias que contengan otras maneras de entender y funcionar la economía que vayan haciendo retroceder las cuatro fuentes de conflicto entre el capital y la vida. Dando cabida a la esfera de los cuidados, colectivos e individuales, físicos y afectivo-emocionales, que están en la base de las necesidades humanas, como un eje central de lo económico, subordinando la elaboración de objetos a la sostenibilidad de la vida social y natural y haciéndonos cargo progresiva y colectivamente de nuestras necesidades a través de formas cooperativas, comunitarias y autoorganizadas de trabajo que hagan retroceder el trabajo asalariado, dependiente y servil, cada vez más escaso, precarizado y lejos de nuestro control. Un reto que estamos obligados a afrontar colectivamente desde un nosotros inclusivo que tenga fuerza para tratar de ir ganando espacios, cambiando las reglas del juego y creando nuevas dimensiones para que la vida pueda prosperar.

Manuel Delgado Cabeza. Catedrático de Economía. Universidad de Sevilla.

Manifiesto a todos los Andaluces. 1936 (Gentileza: Centro de Estudios Históricos de Andalucía. Ceha)

Fuente: https://ceha.ovh/manifiesto-a-todos-los-andaluces-1936/

Este documento ve la luz en junio de 1936 -solo falta un mes para la rebelión militar- y lo firma: “Acción Pro Estatuto Andaluz. Por su mandato Blas Infante”. Deja claro, por tanto, quién es su autor.

El escritor José Luis Ortiz de Lanzagorta lo publica, por primera vez tras la dictadura, en su libro “Blas Infante. Vida y muerte de un hombre andaluz”, y nos dice de él: “Es el último y dramático documento escrito por Blas Infante, llamamiento de urgencia y testimonio con valor de testamento andalucista, síntesis de su estilo político y literario”.

Analizando en profundidad el manifiesto, más que un “llamamiento de urgencia”, podemos considerarlo, más bien, como un intento desesperado para hacer reaccionar al pueblo andaluz. Los catalanes han conseguido su Estatuto; los gallegos refrendan el suyo; aragoneses, castellanos y asturianos están redactando un anteproyecto de Estatuto y los vascos han presentado ya cuatro versiones a las Cortes. Mientras tanto, aquí todo parece empantanado. La labor política de obstrucción está dando sus frutos. Han terminado los dos años de gobierno conservador, opuesto a cualquier intento de autogobierno, pero todo sigue igual, nada se mueve. Parece que la maldición del diputado del PSOE en enero de 1933, cuando recriminaba a Blas Infante por gritar ¡Viva Andalucía Libre!, se ha cumplido: “Con ese grito nunca tendrán ustedes Estatuto de Autonomía”.

El manifiesto comienza así: “Salud: El organismo de Acción Pro Estatuto, formado por uno de los Consejos de la Junta Liberalista de Andalucía … /… se dirige a vosotros con el fin de procurar interesaros en esta obra de autonomía regional; aspiración que no excluye la particularidad de alguna doctrina ni de algún programa religioso, político o societario”.

Como siempre, obligados a realizar aclaraciones: No pretendemos ir contra nadie; todos los intereses políticos, religiosos y económicos serán respetados. Dejar de poner obstáculos. Nunca en contra de, sino a favor de Andalucía. Lo repetían una y otra vez, pero nada, la cerrazón y las directrices se imponían.

Los andalucistas eran exquisitos en sus actuaciones. Por si pudiera existir alguna reticencia política, crean dentro de la Junta Liberalista una comisión específica a la que llaman Acción Pro Estatuto. Ella será la encargada de dinamizar todas las propuestas, adormecidas y boicoteadas tanto por el poder como por los partidos centralistas, intentando encauzar los trabajos comenzados en enero de 1933 en la Asamblea de Córdoba. Se trata de una acción promovida desde la sociedad civil, pero ni se andan con medias tintas ni ocultan sus ideales. Uno de los párrafos más comprometidos llama a los andaluces, “siquiera por evitar el privilegio” a “ser libres como todos aquellos pueblos hermanos”.

“Vuestra vida económica y espiritual juéganse lo porvenir en los instantes de esta hora trascendente. Todas las Regiones van a ser autónomas. Siquiera por evitar el privilegio; siquiera por defender la igualdad de todos los pueblos peninsulares en el seno de la Sociedad Española; resolveros a ser libres como todos aquellos pueblos hermanos”. Siquiera por no ser los únicos que hacen el tonto, parecen decir muy claramente. Siquiera por no destacar como pueblo carente de sentimiento e identidad. Continúan: “¿No veis? Cada uno de esos pueblos procurará, como ya ocurre hoy con respecto a Cataluña, beneficiar legítimamente sus intereses particulares a costa del Pueblo que, vergonzosamente, siga como Colonia…”

Cerca de noventa años después, seguimos colonizados. Continuamos adormecidos. Nadie se enteró entonces y ahora aún se enteran menos.

Pero los firmantes, o mejor aún, el único firmante y autor de este manifiesto, tiene las ideas claras… y altas: “Vosotros, acostumbrados a servir de espectáculo … /… no podréis acaso admitir que en la Historia de los hombres, por vuestra noble ascendencia, tenéis derecho a representar una suprema esperanza de la Humanidad en crisis. Sin embargo, sois la estirpe castigada de aquellos hombres que de Andalucía hicieron en sus épocas de libertad jardín de infinitas bienandanzas; los herederos de aquellas generaciones incomparables, por quienes Andalucía llegó a resplandecer como Faro del Mundo, laborando culturas y civilizaciones desinteresadas y poderosas”.

 

Para finalizar, tres palabras: “Y, la Paz”. Un mes después, estalla la guerra civil en España.

MANIFIESTO “A TODOS LOS ANDALUCES” DE LA JUNTA LIBERALISTA.

JUNIO 1936

 

 

A todos los andaluces

Salud:

 

El organismo de Acción Pro Estatuto, formado por uno de los Consejos de la Junta Liberalista de Andalucía, con la colaboración de elementos pertenecientes a sindicales obreras, partidos políticos de ideologías diferentes, y entidades económicas y culturales, se dirige a vosotros con el fin de procurar interesaros en esta obra de autonomía regional; aspiración que no excluye la particularidad de alguna doctrina ni de algún programa religioso, político o societario. Quisiéramos, nosotros, que por la virtud de este carácter de conveniencia común, referido a la empresa autonomista, para la cual os venimos a convocar, llegase la Paz a regir entre vosotros, durante unos días de convivencia fraterna; sin perjuicio de que, una vez conseguida la autarquía de nuestro pueblo, cada uno de los andaluces o cada grupo político u obrerista procurase llegar a orientar a Andalucía, manteniendo sus particulares puntos de vista, o combatiendo por sus respectivos criterios de justicia y libertad.

No es una motivación de mero egoísmo regional la que nos determina para atrevernos a pedir, con respecto a Andalucía, la instauración de un régimen autonómico. Tanto necesita España, como Andalucía, el que esta última llegue a tener una constitución autárquica. No se olvide que este organismo de ACCION PRO ESTATUTO ha sido patrocinado por la Junta Liberalista de Andalucía; y que esta institución viene, desde hace mucho tiempo, empeñada en una paciente y obscura labor de creación integral andalucista, ordenada a restaurar en Andalucía su propio sentido vital; despertando su vocación histórica de gran pueblo creador de culturas o civilizaciones dirigentes de lo Humano; labor, desde siempre inspirada por el lema del Escudo Andaluz: “Andalucía, por sí, para España y la Humanidad”.

España precisa que Andalucía se levante en petición de su autonomía. El acatamiento ineludible que la Constitución de 1931 tuvo que rendir al hecho natural de “España, República federable” (concepto de Estado, nuevo; sin precedente sen la Política Constitucional europea) no sólo hubo de expresar la realidad, por nadie discutida, de una crisis referida al Estado Español centralista, de solución inaplazable; sino que vino a enunciar, también, la necesidad urgente sentida por España, de llegar a resolver aquella crisis, reconstituyéndose conforme a las exigencias indeclinables emanadas de su original estructural natural e histórica, en la forma lógica y tradicional de un Estado centralista, imposible de restaurar por haber ya muerto en la conciencia de los españoles, ha sido la causa principal del fracaso experimentado por todos los gobiernos españoles, en lo que va de siglo. Como que el Caos español que, cada día más, se va intensificando, aunque se haya tratado de encubrir durante los frecuentes periodos dictatoriales, fingiendo un orden, mediante aparatos de fuerza, corresponde al paréntesis abierto desde hace próximamente treinta años, con la invalidación del Estado Centralista; y, el cual paréntesis sólo puede llegar a ser cerrado con la afirmación rotunda del Estado federal; haciéndose de regir, mientras tanto, los españoles, tal como se han venido rigiendo desde el novecientos hasta ahora, por el cadáver de un Estado de que mantuvo y mantiene apoyado en las armas policiales, falto de justificación o de vida al faltarle la adhesión de las conciencias ciudadanas. Es decir, que los españoles han vivido durante muchos años peor que si no tuviesen Estado, regidos por la sombra de un Estado difunto.

Por estas razones podrán llegar a ser discutidas o acatadas las últimas formas expresivas de los movimientos autonomistas, más o menos vehementes; pero lo que no se puede negar, después de lo expuesto, es que en la hondura de esos dinamismos, ha venido alentando y alienta aún el alma incomprendida de un sentimiento españolista, puesto que aquellos movimientos hubieron de corresponder con mayor o menor crudeza a la necesidad vital de España, relativa a sustituir un Estado muerto por un Estado vivo que evitase el Caos. Españolista, fue, por tanto, el gesto, acaso violento de Cataluña, cuando en 1931 llegó a arrogarse o a decretarse a sí misma un régimen autonómico; españolista, aquel incomprendido movimiento liberalista andaluz que, durante el mismo año, aspiró a establecer el Estado libre de Andalucía, siendo calumniado con el nombre de “Complot de Tablada”: como españolista ha sido también el plebiscito vasco, antecedente de la presentación en Cortes de un Estatuto autonómico que empieza a embargar la atención de castellanos y de leoneses; los nobles hijos de esas regiones infundadamente tenidas por hegemónicas y privilegiarias, no obstante que el Patíbulo de Villalar viniera a simbolizar para siempre, como cayeron bajo un yugo común esclavitud, todas las Regiones de España, vencidas por la influencia extranjera, uniformante y centralista.

Españolista, es, pues, este llamamiento por el cual, nosotros, venimos a insistir, ahora, cerca de los andaluces. Pues qué; Andalucía, esencia de España, ¿habrá de incurrir, nuevamente, en la persistencia de no responder a esa angustiosa necesidad de un Estado federalista, amparo común, que todos los pueblos españoles experimentan?

Andaluces: Además de por España, por vosotros mismos; aunque siempre uséis de vuestra autonomía, subordinando el propio interés al servicio de España y de lo Humano; resolveros a ser libres.

Vuestra vida económica y espiritual juéganse lo porvenir en los instantes de esta hora trascendente. Todas las Regiones van a ser autónomas. Siquiera por evitar el privilegio; siquiera por defender la igualdad de todos los pueblos peninsulares en el seno de la Sociedad española; resolveros a ser libres como todos aquellos pueblos hermanos. ¿No veis? Cada uno de esos pueblos procurará, como ya ocurre hoy con respecto a Cataluña, beneficiar legítimamente sus intereses particulares a costa del Pueblo, que vergonzosamente siga como Colonia, uncido al yugo de un Poder Central, que ya no podrá ser un Poder centralista, sino un instrumento de los poderes que vengan a regir las Regiones autónomas. La articulación de vuestra Industria; el concierto de vuestras actividades mercantiles; el cultivo de vuestros campos; el aprovechamiento de vuestras aguas; el desenvolvimiento planificado de todas vuestras privativas fuentes de riqueza; la traducción de vuestros sentimientos y de vuestras privativas intuiciones jurídicas y sociales en leyes propias que respondan a vuestro Genio o manera de ser originales, y a vuestras particulares concepciones del Mundo y del vivir; todo esto, nada menos que el existir independiente, alimentado con medios o recursos propios y conforme a las exigencias de vuestro exclusivo carácter; todo esto podréis llegar a tener y a fruir más allá de vuestra autarquía.

La Miseria como estado permanente y la violencia como norma de relación, pudiera también a venir a concluir difundidas por vuestra libertad. Fenómenos son estos extraños para nosotros, sólo posibles en este medio durante la vigencia en eras de esclavitud. Vientos del Norte que arrasaron, al fin, nuestra Casa antigua, convirtiendo en desierto el vergel de nuestra Isla de luz, entre bárbaras oleadas tenebrosas que nos combatían del mundo medieval. Y desde que nuestra Casa cayó, una y otra vez, siempre asolándonos esos vientos… No desatended ahora nuestra voz; como el año 18, desdeñasteis el grito de la Asamblea Andalucista de Ronda, quien clamaba al apercibir por entonces el inicio de los fenómenos de la Post-Guerra: “Apresuraos, andaluces, a reforzar vuestras fronteras espirituales con las fronteras políticas. Que no pueda remontar el muro que guarde a vuestro país augusto la misma oleada de barbarie norteña que avanza ahora como vino entonces… cuando se llegó hasta nosotros para interrumpir durante siglos el devenir de nuestra incomparable Historia cultural”. Acaso, de haber sido escuchada esa voz, los bárbaros fenómenos transpirenaicos del paro y la violencia hubieran sido corregidos en Andalucía.

Despreciad cuanto os dicen de que la Autonomía servirá únicamente para aumentar las burocracias y las que nombran por las calles granjerías políticas. El Estatuto andaluz será lo que quieran que sea todos los andaluces; pues a todos ellos los venimos a llamar para que, con la sencillez y aun el simplismo que deseen, lleguen a delinear la figura de un Gobierno propio. A nosotros, meros convocadores, no nos está permitido ahora enjuiciar un Estatuto para actuales incontrovertibles. Ved los municipios andaluces, ansiosos todos ellos de plena libertad. Atended el anhelo que cada pueblo andaluz siente de emanciparse para siempre de caciques locales, provinciales y centrales, ligaduras de su espíritu creador, piedras del sepulcro de su historia que quieren resucitar. Completad el cuadro con ese afán intensamente sentido en los pueblos de articular las actividades económicas en gremios o secciones sindicales… ¿Qué? ¿No llegaréis a percibir, meditando acerca de estos hechos indiscutibles, un signo de originalidad en cuanto a lo que pudiera llegar a ser el Estatuto Andaluz?

Andaluces de todas las ideologías, como ahora se acostumbra a decir: En estos tiempos, en los cuales todas las normas se rompen y todos los valores se derrumban, el Mundo necesita de un pueblo definidor o creador de lo Humano, que es lo divino sobre la Tierra. Vosotros, acostumbrados a servir de espectáculo como Gwynplaine, robado a sus padres nobles, y a quien la despiadada cuchilla de unos titiriteros, mutilándole los labios, condenó a reír en el Circo eternamente; vosotros no podréis acaso admitir que en la Historia de los hombres, por vuestra noble ascendencia, tenéis derecho a representar una suprema esperanza de la Humanidad en crisis. Sin embargo, sois la estirpe castigada de aquellos hombres que de Andalucía hicieron en sus épocas de libertad jardín de infinitas bienandanzas; los herederos de aquellas generaciones incomparables, por quienes Andalucía llegó a resplandecer como Faro del Mundo, elaborando culturas y civilizaciones desinteresadas y poderosas.

Para la Historia del Espíritu, acaso no sea este trance el de una Región que se levanta; quizás la erección de un nuevo Fanal que va a encenderse. Concluyó el Circo: Al Palacio: Cien generaciones de antepasados ilustres, arrebujados en la entraña milenaria de Andalucía, tiemblan de júbilo sintiendo que su obra de maravilla puede llegar a ser continuada por una progenie inmortal, digna de su majestuosa grandeza.

Y, por último: Vosotros, los hombres nacidos en cualquier país y que viváis en Andalucía: Ayudadnos a levantar a nuestro pueblo. Si sois españoles, por España. Copa la más intensa de la originalidad de España, esto es Andalucía. La grandeza no bélica de España coincidió siempre con las eras de libertad andaluza. Andalucía libre será España libre de… la influencia desvirtuadora ejercida por otros pueblos sobre España. Y, si sois extranjeros, por la Humanidad. En Andalucía, no hay extranjeros. Atended a Europa… Durante todos los Medievos, salvó al Mundo Occidental, Andalucía. Y, la Paz.

ACCION PRO ESTATUTO ANDALUZ.

Por su mandato. Blas Infante.

Andalucía a 15 de junio de 1936

 

La devolución de nuestro patrimonio. Por Isidoro Moreno. Fuente del Diario de Sevilla.

Fuente: Diario de Sevilla.

La Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, aprobada en 1991, indica, en su artículo 2.2., que la Consejería de Cultura «realizará las gestiones oportunas conducentes al retorno a la Comunidad Autónoma de aquellos bienes con claro significado andaluz que se encuentren fuera de Andalucía». Insiste en ello en otro artículo, el 4.2.: dicha Consejería «velará por la reintegración al Patrimonio Histórico Andaluz de los bienes de relevancia cultural que se encuentran en otras Comunidades Autónomas del Estado».

Estos mandatos nunca se han cumplido. Ni en los largos años del régimen psoísta, ni ahora por el llamado «Gobierno del cambio».

El Patrimonio Cultural y su defensa, protección y valorización nunca ha sido una prioridad, a pesar de ser un referente fundamental de nuestra identidad como pueblo y a pesar de la retórica que, a veces, los jerarcas políticos, de uno u otro color, utilizan con meros objetivos electorales.

Nuestra cultura -o sea, nuestros valores sociales modelados en un proceso histórico singular y las expresiones culturales surgidas en ese proceso- nunca ha sido una prioridad y por ello apenas aparece en el ámbito educativo, en los medios de comunicación públicos y en otros campos donde debería estar muy presente. O, alternativamente, se la presenta folclorizada (en el peor sentido del término) o mercantilizada.

Ante ello, a nadie sorprende que la Consejería de Cultura haya sido siempre el patito feo, y pobre, de la administración de la Junta. ¿Qué ha hecho esta, en los ya treinta años de vigencia de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, para revertir en lo posible el expolio de muy importantes componentes del mismo? Un expolio que refleja perfectamente la situación colonial de nuestro territorio y de nuestro pueblo.

En El Escorial continúan miles de manuscritos, en árabe y en hebreo, que, por su contenido no religioso, fueron «indultados» de la quema pública de las bibliotecas de las madrasas granadinas ordenada por el cardenal Cisneros en 1501, violando las capitulaciones pactadas diez años antes. Nada se ha hecho para conseguir su vuelta a Granada, a pesar de las mociones aprobadas por el Ayuntamiento de la ciudad y la Diputación provincial en 2002 y de la interpelación, en ese mismo año, a la entonces consejera, hoy vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.

 Tampoco se ha obtenido la devolución de la Dama de Baza, descubierta durante sus excavaciones por el profesor Presedo, en 1971, que fue trasladada a Madrid para su restauración y allí se quedó. Permanece hoy -al igual que la Dama de Galera, el toro de Osuna y otros varios iconos de nuestra Historia- en ese gran contenedor de materiales, exponente del nacionalismo de estado, que es el Museo Arqueólogico Nacional. En este caso, a pesar incluso de la moción aprobada en el Senado, el pasado octubre (aún sin los votos del PSOE y Vox), instando a su traslado al lugar de procedencia.

 Y es que ese Museo, como otros de la capital del Reino, equivale para los pueblos de España a lo que el British Museum para muchos pueblos del mundo: el resultado de un expolio colonialista que se intenta maquillar con el discurso de la «obra civilizatoria» y el «salvamento» de piezas de incalculable valor. ¿Para quiénes?

¿Y qué decir de los Murillo robados a varias iglesias de Sevilla, junto a otras decenas de pinturas y obras de arte, por el mariscal Soult durante la ocupación napoleónica? Para contemplarlos, hay que visitar diversas ciudades del mundo, pero varios de ellos regresaron a Madrid, devueltos en distintos momentos a los gobiernos españoles (incluida la devolución a Franco por el Gobierno pronazi de Vichy, en 1941, de varias obras importantes). Fueron varios los Murillo que regresaron, pero ninguno llegó a Sevilla: siguen retenidos en Madrid: en el Prado, la Academia de San Fernando y otros lugares. Un verdadero secuestro que humilla a Andalucía.

Y tampoco se transfieren al Ayuntamiento de Sevilla las casas del Patio de Banderas y otras adosadas al Alcázar, que quedaron fuera de la cesión por el Estado a comienzos de la II República. Antes al contrario, ahora quieren llevarse el cuadro de la Virgen de los Mareantes, que fue pintado por Alejo Fernández exprofeso para la Casa de la Contratación.

 ¿Hasta cuándo va a seguir incumpliendo la Consejería de Cultura las obligaciones que la ley le dicta? ¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando que se nos siga tratando como una colonia?

Autor: Isidoro Moreno

El Insulto y la intolerancia, recurso de los pobres (de mente). Rafael Sanmartín

La Bulla

Rafael Sanmartín

El insulto y la intolerancia, recursos de los pobres (de mente)

          ¿En qué piensa la Junta de Andalucía?

          Cómo puede lucir la Medalla de Andalucía quien, en lenguaje de tribu barriobajera se permite insultar a Andalucía, ó llamar a Blas Infante «botarate e imbécil integral» entre otras «lindezas»? La ¿historiadora? falla o miente cuando acusa a los almohades de ser los «cafres más cafres» hasta los talibanes. Imposible ser más cafre que la buscadora de publicidad gratuita a costa de insultar a quien vale mucho más que ella, quien la emprende contra «el Día de Blas Infante», ignorante, la pobre, que el 28 de febrero no es el Día de Blas Infante, sino el Día (oficial) de Andalucía en recuerdo de un referéndum dónde el 98 por ciento de los votantes exigieron el máximo nivel de Autonomía para Andalucía, el día en que, contra sus enemigos, quedó impuesta como Comunidad Histórica. Pobre mujer, toda una profesora desconoce la obra de Blas Infante, mucho más extensa que el limitado reducto craneal de la premiada con una Medalla de Andalucía.

          ¿En qué pensaba la Junta, cuando la otorgó? ¿En qué piensa? Ya sólo falta que su defensa consista en decir que se le discute «por ser mujer».

          Llamar «botarate» e «imbécil integral» a quien defendió la igualdad hombre-mujer cuando eso era impensable, que defendió a los niños y peleó activamente contra el trabajo infantil, que obtuvo las simpatías y apoyo de los cenetistas por su defensa de los trabajadores, que defendió mejorar los métodos de agricultura, que planteó la forma de obtener financiación para el campo y para crear industria de transformación agraria, que se adelantó a su tiempo, es mucho más que unos insultos. Es una falta de respeto a la verdad, a la historia, a la cultura, al decoro, lo que denota su supina ignorancia y a quienes han trabajado por todos durante toda su vida. ¿Cómo puede permitir el gobierno, que debería ser de todos los andaluces, que semejante figura envenene a sus alumnos con proclamas políticas de ultraderecha, contra la existencia misma de la Comunidad Autónoma de Andalucía?

          Debería ser obligatorio saber, al menos para quien ostenta un título universitario y encima la premian con una medalla de Andalucía —eso, indignamente, no lo rechaza— que el color verde de la bandera de Andalucía es muy anterior a la llegada de los almohades, que es el color de la esperanza y el blanco es el de la paz. Que los almohades no debían ser tan incultos como la conferenciante pues en vez de destruir, construyeron; entre otras obras el alminar que sus «adorados» invasores castellano-leoneses odiaban tanto como lo odia ella y proyectaban derribar por ser una torre mora. En una cosa acierta: la enseñanza es una correa de transmisión; en efecto: todavía vivimos muchos miles a quienes se nos obligaba a cantar el Cara al Sol, añoranza que debe tenerla en vilo y que, sin duda, le satisfaría mucho más que el canto a la paz que es el Himno de Andalucía. La Comunidad que, por más que le pese, fue adelantada en la antigüedad clásica, en la Edad Antigua, en la Media, en la Moderna y dejó de serlo por la labor destructiva de los gobiernos españoles que, desde el siglo XIX se han dedicado a despojarla de industria, de cultura, de historia y de identidad, para que gente como ella puedan celebrarlo torciendo la realidad, insultando con la más basta, mezquina y miserable imitación de reality, o sea: con su chabacana falta de estilo.

          En esta carrera de la ultraderecha por restaurar las condiciones que condujeron a un golpe de Estado, discursos incendiarios contra las instituciones y los símbolos de Andalucía en la mejor línea abascaliana, buscan aportar su esfuerzo para retrotraernos ochenta y cinco años, como muestra que son del «inefable» espíritu intolerante propio de la más rancia y casposa actitud anti progreso humano.

Rezeta de cozina: Gazpasho caliente. Fco. Rafael Gómez Palmero

Gazpasho caliente

 ¡Cuánta jambre ha qitao ehte plato! Anqe er nombre te líe no tie na qe bé con er gazpasho típico: uno da caló i e l’otro refrehca.

 Dizen q’empezaron a jazerlo a comienzō der siglo XIX, pero a mí me pareze qe bie de mà lejō.

  Ingredientē  (pa cuatro personā)

400 gr. pan de campo (der día anterió)

2 u 3 tomatē

2 u 3 ñorā

2 pimientō

2 dientē d’ajō

Azeite

Sà marina

Elaborazión

En una oya con agua se cueze un cashito pan, lō tomatē pelaō i lā ñorā. Mientrā tanto, s’asan lō dò pimientō.

Mashacamō en un armiré lō dientē d’ajo con un peazo pimiento asao, lā ñorā i lō tomatē pelaō.

A to ehto l’añadimō un poco der cardo qe qeó aluego d’haber cozío er pan, lā ñorā i lō tomatē. Se mezcla to i lo pasamō a una cazuela barro, onde tamién añadiremō er rehto d’agua de la cozión anterió.

A continuazión, cortamō en cashitō shicō un peazo pan sin cozer i lo agregamō hahta q’ehpese.

Dihpué añadimō un shorriyo d’azeite. Adornamō con lō pimientō asaō i tapamō la cazuela con un paño, dejando reposar unō qinze u beinte minutō.

Se sirbe templao i, antē de pasarlo a ca plato, se remuebe to.

I qe no s’orbíe, poner ar lao un platito rabanitā ē un detaye qe s’agradeze.

 

Fabricantes de antisistemas. Rafael Sanmartín

Fuente: «La Voz del Sur»

Anatemizan con el epíteto. Ahorran cientos de exabruptos resumidos en una sola palabra con significado múltiple. Los maestros del lenguaje lo mismo lanzan un órdago a la RAE con la intención de imponer una expresión, que bautizan hechos y posiciones a mayor gloria de su incultura léxica y política. Mal van las cosas cuando mandan los sargentos. En el Estado español, ni sargentos. Y no es un desprecio a los sargentos, ni a los cabos, es que debe suponerse motivación a los ascensos y respeto al escalafón. Los gobernantes que ha sufrido el Estado después de Suárez, no han tenido más nivel que el de su autoritarismo hacia la mayoría mientras se han plegado a la oligarquía. A la oligarquía y a sus respectivos compromisos extraestatales.

Seguramente buscando la razón que no les asiste, han abusado de la definición convertida en defi-neción y todo cuanto se salía de su estrechez mental y su comportamiento totalitario ha sido calificado de antisistema. Lo sería si se consideran a sí mismos el sistema, consideración sólo propia de un arrogante fundamentalismo megalómano con y sin bigote. El sistema es el comportamiento; la forma de gobernar puede ser el régimen y entonces es deplorable. Por eso no puede haber antisistema, sólo antimétodo o antirégimen. Pero en la medida en que lo reprobable es el régimen, el antirégimen es beneficioso y necesario. El anti régimen es depurador, elevador de conciencias y despertador de consciencias. El antisistema, si existe, puede ser negativo o positivo, depende del sistema. El antirégimen es la limpieza del sistema. En definitiva, en tanto el gobernante se considere a sí mismo el sistema, está queriendo liderar un sistema totalitario. Un régimen.

Son los regímenes, los creadores de régimen, quienes crean y fomentan el antisistema. Por ejemplo, están bien los impuestos cuando están bien, cuando son justos, equitativos, proporcionados y se utilizan con Justicia. Cuando sólo sirven para «trincar» y repartirlos a quienes más tienen, entonces son lo contrario de un sistema justo. Cuando el sistema se dedica a complicar la vida al ciudadano con normas y métodos absurdos ó perjudiciales, se está imponiendo un sistema injusto. Cuando las leyes sirven para obligar a agachar la cabeza, para imponer voluntades contrarias a la voluntad y a las necesidades mayoritarias, se está imponiendo un sistema injusto. Eso es un régimen, una forma de gobierno hecha a la medida, al capricho del gobernante. Una forma de gobierno donde predomina la arbitrariedad y no tiene en cuenta a la ciudadanía, se define y se coloca contra la ciudadanía. Entonces lo que ellos, en actitud de imposible defensa llaman antisistema constituirá la forma noble, justa, precisa, necesaria de comportamiento.

Exigir Justicia social, protección jurídica y policial, desarrollo económico, sería antisistema en la medida en que el sistema estuviera basado en la injusticia y en la arbitrariedad. Cuando Hacienda, la Diputación, el Ayuntamiento y ni se sabe cuántos organismos más, pueden literalmente meter la mano en el bolsillo del ciudadano y susllevarse el dinero de la luz, del agua, de la hipoteca o el alquiler, de la comida, están laborando contra la ciudadanía (y cuando una vez comprobada la ilegalidad de cogerlo, se resisten a devolverlo, peor). Si eso fuera el sistema, lo más lógico, lo más justo, sería ser antisistema. Si el sistema fuera utilizar a la policía para callar reclamaciones, favorecer a los grandes capitales y a los grandes grupos empresariales contra el interés de la mayoría, lo más lógico, lo más justo y lo más honrado sería ser antisistema.

Por eso mismo también sería justo, lógico, inteligente y honrado, no provocar más antisistema.

A %d blogueros les gusta esto: