LA BANDERA VERDE Y BLANCA.
Es la bandera que se ha constatado hasta ahora como la más antigua de Europa, entre los años 1040 a 1091. En el reinado del taifa almeriense Al-Mutasim (1051 – 1091), su visir Abu Asbag Iben al-Arqam, natural de Guadix, poeta, es el primero que recoge en un poema la descripción pictórica de la bandera andaluza, al verla ondear en la Alcazaba:
“Una verde bandera que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón, despliega sobre ti una ala de delicia. Que ella te asegure la felicidad al concederte un espíritu triunfante.”
Los pueblos orientales y los turcos ya enarbolaban como bandera el Estandarte del Profeta, equivalente a convocar al pueblo creyente. Su color verde. Esta enseña, presuponía la aceptación de una llamada y de un respeto al símbolo profético. El blanco, significa parlamentar, lo que unidos los dos colores implicaba una llamada la pueblo a parlamentar.
En la etapa de los Omeyas, será utilizado un pendón de tafetán verde o bandera de seda muy tupida, con adornos hechos de franjas de oro o con una media luna blanca, para la llamada a reunión.
El 18 de julio de 1195 el sultán Ben Yusuf Yaqub derrotó a Alfonso VIII en la batalla de Alarcos en la que obtuvo un gran botín y más de 5000 cautivos. Para conmemorar la gesta, ordenó colocar una bandera verde y blanca en la Mezquita Aljama de Sevilla, antes de la construcción del minarete (conocido hoy como Giralda). Con ello representaba la unidad almohade, color blanco, y la colaboración andalusí, color verde, procedente de los Omeyas. En la etapa de los Almohades, se contaba una leyenda que vincula a la bandera con Andalucía: un santo magrebí que ejercía su magisterio místico en los pueblos de Atlas, sobre el siglo XII, tuvo la visión de un imperio unido a las orillas del estrecho, el verde paraíso de Al-Andalús y el blanco y mesiánico Al-Mogreb.
Los Almohades radiaron desde Sevilla un nuevo poder, una esperanza musulmana y así en el año 1198, la bandera verde y blanca ondea en la Mezquita Aljama de Sevilla.
En Baena, Córdoba, en el retablo del altar mayor de la Iglesia del convento de la Madre de Dios, coronándolo se encuentra el escudo de los Condes de Cabra que alude a la batalla de Lucena (1483), en la que Boabdil fue hecho prisionero. El escudo policromado, además de la cabeza del rey nazarí, incluye las veintidós banderas cogidas a los granadinos. Dieciocho de ellas son blanquiverdes y cuatro blancas y rojas. (Descubierto por Nieto Cumplido, canónigo archivero dela Mezquita-Catedral de Córdoba).
La tradición de la bandera verde y blanca se refugia en estamentos populares de origen morisco, una vez que conquistada por los Reyes Católicos, donde Andalucía es anulada como pueblo autóctono peninsular.
En 1642, Tahir Al Hor, caballero almeriense, alzó la bandera verde y blanca, en sentido vertical y no horizontal, convocando a la disensión.
En el siglo XIX, vuelve a aparecer, en sentido horizontal en la llamada “sublevación comunera de las mujeres de Casares”. (Pueblo natal de Blas Infante).
En 1918, en la Asamblea andalucista celebrada en Ronda, Blas Infante reclama la bandera verde y blanca como uno de los símbolos propios del pueblo andaluz. Los colores elegidos corresponden a los primitivos pendones del Califato de Córdoba y del Imperio Almohade. El verde no es claro, brillante o vivo, sino oscuro, más bien Omeya. Infante lo describe: “sus colores eran los más apropiados para representar la Empresa de la restauración de un pueblo nunca bélico y siempre creador de culturas”.
Posteriormente, Infante en su artículo “Las insignias de Andalucía”, publicado en la revista Córdoba, nº 173, en el año 1919, escribe:
“En la Asamblea Regionalista de Ronda, 1918, se votó para Andalucía como bandera nacional, la bandera blanca y verde. Fueron los colores preferidos por nuestros padres. Verde es la vestidura de nuestras sierras y campiñas prendidas por los broches de las habitaciones campesinas blancas; blancas son nuestras antiguas ciudades y villas de blancos caseríos con verdes rejerías orladas de jazmines”.
Y en su libro “La verdad sobre el Complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía”, aclara: “La bandera blanca y verde de Andalucía es verde como la esperanza cuando asoma a nuestros campos; blanca como nuestra bondad”.
La interpretación heráldica de la bandera andaluza es la bandera de parlamento o paz y dan la expresión de llamada a la unión para parlamentar o convocar al pueblo para la paz, o sea, paz y esperanza.
La bandera es verde como la esperanza y blanca como la paz que así lo dicen los versos árabes que la cantan.
María Jesús Naranjo Infantes-