IdIA

27, 28. La Asamblea de Ronda (1918). Enigmas en Ronda. (1918)

Blas Infante. Toda su verdad I

La experiencia de verse juntos y oírse era ya una necesidad para los andalucistas. ¿Qué tenían en común realmente? ¿Sintonizarían lo suficiente? ¿Qué significaba para cada uno la palabra “regionalismo”?. La dinámica del grupo al encontrarse,  ¿cuál sería?.

Eran preguntas y dudas que le sonaban dentro a Blas mientras cruzaba el paisaje de la campiña sevillana y los pueblos blancos de Cádiz. Hacia Ronda viajaban sesenta asambleístas desde treinta y nueve puntos andaluces. Todas las provincias. Ceuta. Y Andaluces de Huesca y de Madrid. Cada uno viajaba movido por distintos motivos: Inestabilidad del régimen político vigente,  el desarrollo del Andalucismo, importancia de la Constitución de Antequera de 1883 etc…

Viajar entonces (trasladado por medios y caminos malos, deficiente hospedaje, falta de costumbre) no era lo que hoy. Los sesenta asistentes (rondeños aparte) suponían un éxito.

Los asambleístas más numerosos fueron los 14 de Cádiz y los 12 de Almería, Jaen con 11, Huelva y Córdoba con 5, Sevilla 2, Málaga 2 … A partir de la relación aparecida en la Revista Andalucía, Acosta traza un mapa humano significativo de la asistencia:

1.- Burguesía: Agricultores, comerciantes e industriales……………  18

2.- Pequeña Burguesía: Ingenieros, médicos, abogados etc. ……… 20

3.- Proletariado: Obreros, empleados, carpinteros etc……………… 19

4.- Estudiantes……………… 3

La Asamblea se congregó en el Café Imperial  los días 13, y 14 de Enero de 1918. No hay actas formales sino un par de crónicas o reportajes publicados en la revista Andalucía. Las primeras sesiones se dedican casi a los “ruegos y preguntas”, a un tanteo para tomar el pulso, para que los desconocidos llegados se destapen y descubran lo que entienden por “regionalismo”, “autonomismo”, “patria”… Mientras sobrevuelan por las afirmaciones etéreas, líricas, imprecisas y generales, todo funciona. Cuando el  vuelo rasante aterriza en compromisos… por ejemplo, al pretender concretar la forma de gobierno (monarquía, república), “se convino en aplazar por ahora toda discusión en este punto”.

Están hablando de la estructuración federal de España y acuerdan como propias del “Poder Nacional” todas las competencias. Ello es puro Centralismo. Las competencias autónomas se reducen a algunos poderes en agricultura, obra pública, instrucción y “una caja especial de Hacienda para reformas con especial presupuesto”.

Parece claro: en Ronda no se daban las “circunstancias aconsejables” para nada unánime. La concurrencia era heterogénea como la del arca de Noé y allí no es posible meter la cuchara en lo substancial. Habían acudido gentes de otra guerra. Temiendo ser pocos, admitieron demasiados.

 Uno de los protagonistas de la reunión, Eloy Vaquero, en su libro: “Del drama de Andalucía”, nos dice: “… entre los asistentes, había varios muchachos instruidos, simpáticos pero en la mayor desorientación política; hubieran elaborado algo incoloro y quién sabe si reaccionario, de no remediarlo Infante con mi cooperación…” Desde la inauguración de la Asamblea se dan cuenta de que no van a poder llegar a ningún acuerdo importante, serio y comprometido con Andalucía. Por ello, asumirán el estudio de la Constitución de Antequera de 1883, adoptarán unos importantes planteamientos georgistas sobre la tierra e inevitablemente se verán obligados a posponer cuestiones más importantes para una futura Asamblea que tendrá lugar en Cordoba en 1919.

¿Cómo podrían Vaquero e Infante torear aquella variopinta concurrencia de “núcleos regionalistas” mezclados con miembros del Centro Andaluz y lograr que aprobaran lo que apenas conocían?.  Siempre llamó la atención la cercanía entre las dos citas, la rondeña y la cordobesa. Quince meses.

Blas Infante toda su verdad. Volumen 1. Autor. D. Enrique Iniesta.

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